House rescata la tradición, y el sabor, de las hamburguesas
Al pensar en la comida típica de Estados Unidos, lo más común que viene a la mente son las hamburguesas, un alimento que se ha vinculado a la llamada «comida rápida», pero que con creatividad en House le dan la vuelta a esa noción.
El concepto que ofrece House es el de ofrecer la comida americana casual, encilla y de barrio o como reza la frase en inglés American Casual Neighborhood Food, aunque con un cuidado meticuloso del manejo y de la calidad de los ingredientes orgánicos mexicanos para asegurar un extraordinario sabor.
Con dos ubicaciones en la ciudad, una en Santa Fe y la segunda en Monte Athos #310, Lomas de Chapultepec, desde su concepción brinda un lugar caluroso, que rememora a alguna fuente de sodas de los 60s, pero sólo es una noción, la atmósfera es más discreta y familiar.
Antes de pasar a la comida, la ambientación del lugar destaca por su terraza y la buena atención con la que se recibe a los comensales, se trata de los detalles que muestran que todo está cuidado desde su concepción.
House Mx, que forma parte de Grupo Roca, se destaca por el cuidado meticuloso del manejo y de la calidad de los ingredientes orgánicos mexicanos para asegurar un extraordinario sabor.
Además de romper convencionalismos, ya que si bien es comida americana, te hace sentir en casa, un espacio entre lo estadunidense y lo mexicano, que logra tener su propia personalidad que nace por el deseo de ofrecer tanto hamburguesas como diversos platillos emblemáticos de la cocina de EU.
¿Cómo logra darle variedad a un platillo que podría considerarse sencillo? Pues mediante la diversidad, House toma lo mejor de la cultura del país del norte, así que se nutre de la diversidad migratoria, así que puede presentar diferentes formas de hacer hamburguesas.
Si bien el concepto se centra en un platillo, en House escuchan a la comunidad y poco a poco introdujeron otro tipo de alimentos, así que ya es posible degustar ensaladas, desayunos y sopas. Aquí resaltaría la sopa de jitomate rostizado, ideal para empezar una travesía culinaria. Servida en un utensilio que rememora al hogar de la abuelita, ésta se acompaña de queso mozzarella y albahaca fresca.
Aunque a la par pudimos disfrutar de unos chicken lollilops, que se trata de albóndigas de pechuga de pollo acomapañadas de una salsa y un aderezo muy especiales. Como su nombre lo indica son pequeños aperitivos, como unos dulces, aunque sin tanto dulce, salvo que los hundan en BBQ. La carne es selecta y desde esta entrada se nota el cuidado a la selección de cada ingrediente.
Otra entrada que vale la pena destacar son las papas fritas, aunque van más allá de lo usual. Aquí tenemos las clásicas, de gajo y una variedad que, hasta este momento era desconocida para mí, de camote. ¿Quién lo diría? El camote puede convertirse en una excelente papa frita, que destaca por su sabor dulce y su toque más moreno.
Para ir a House es recomendable ir con el estómago vacío, pues ya pudieron leer por lo que pasamos para llegar a los platillos distintivos: las hamburguesas. Sin duda, aquí hay una gran historia y mucho por decir.
Empecemos por destacar el pan, que es inusual en México. En House preparan las hamburguesas con potato roll o pan de papa, resultado de la mezcla entre harina de trigo y harina de papa, tubérculo que crecía en abundancia en Irlanda y Escocia, países de donde procedían los inmigrantes que llevaron este estilo de pan a los Estados Unidos en el siglo XlX.
El potato roll es un pan más almidonado, más consistente, resistente, acolchonado y más suave que el tipo brioche de los bollos que se hacen en México bajo la tradición española. Esta combinación hace que la hamburguesa norteamericana tradicional tenga un equilibrio perfecto.
Aún con estómago nos aventuramos a probar una de sus variaciones, la Brisket Burger o la Favorite Burger, que es realizada con pretzel, sobre cuyo origen también existen diferentes versiones. Mientras unos afirman que nació en la región germana entre Bavaria, Suiza y Austria, algunos otros lo atribuyen a la inspiración de un convento alsaciano o al ingenio del panadero sueco Jan Hedh.
Ambas destacan por su carne, que viene de Rancho El 17, una selección que da un sabor único y que es difícil de encontrar en la Ciudad de México. La tradición y ardua investigación son lo que dota de estilo y sazón en House.
Si bien cuentan con una amplia gama de coctelería, por el momento sólo hubo oportunidad de probar un agüita y una malteada, éstas últimas son únicas, ya que logran equilibrar lo dulce. Un problema de este tipo de bebidas es que es fácil empalagar al comensal, pero aquí consiguen hallar un punto medio.
Para dar seguimiento a lo dulce, el final con los postres también merece su respectivo reconocimiento. Un apple crumble, se trata de un pie de manzana acompañado de helado, de igual manera no se vuelve empalagoso, y es que con los postres es fácil caer en esto. Sin duda, fue una grata sorpresa. Además del choclate brownie pie, una selección fina de chocolate que es excelente para cerrar y equilibrar después de las carnes.
Para los amantes de la carne, sin duda, House es una visita obligada y aunque no lo sean, para aquellos aventureros gastronómicos este espacio se presenta como un abanico a la historia y a conocer otro aspecto de la comida americana. Ver más allá y repensar en cómo podemos descubrir otras posibilidades mediante la comida.