Naturaleza reclama las ciudades urbanizadas en la obra de Steeven Salvat
Tal parece, por cómo va la situación del mundo, que la naturaleza sólo será visible en las paredes, como nos muestra el trabajo de Steeven Salvat, su obra nos recuerda el canto de los pajarillos, que ya casi no se escucha en las ciudades; o a los roedores que muchas sólo vemos con repulsa, pero son parte de todo lo que nos rodea.
Salvat, durante los últimos dos años, trabaja constantemente en exteriores y en paredes, creando piezas públicas que capturan su minucioso trabajo a mayor escala. Ya sea que estén pintadas con acrílico o untadas con pasta de trigo, las representaciones realistas de animales son igualmente detalladas y delicadas, y transmiten la textura del pelaje suave de un ratón de campo o el plumaje esponjoso de un pájaro en pleno vuelo.
Muchas de las obras recientes, que forman parte del proyecto en curso Petite Nature, combinan interpretaciones de flores secas de gran tamaño con criaturas diminutas “para despertar conciencia sobre la fragilidad de ecosistemas como pastizales y puntos de agua naturales, a menudo sacrificados en nombre de la urbanización».
Además de las obras murales, Petite Nature también presenta dibujos más pequeños sobre papel, que se podrán ver en enero en Le Cabinet d’Amateur de París.
