El corte de cabello y la Confianza a ciegas

Uno no lo sabe hasta que lo vive o como lo es en este caso lo lee sin querer, pero el hecho es que en el acto de cortarse el cabello existe una confianza poco explorada entre el cliente y el peluquero, primero y para comprobarlo deben de saber que he registrado tres eventos casi inconscientes que crean y fortalecen el tema que aborda Juan Pablo Villalobos en Peluquería y letras (Anagrama, 2022).

Partamos primero desde la parte de la seguridad, es decir, le confiamos no solo el cabello al peluquero o barbero, en estricto sentido le depositamos nuestra vida misma. Ciegamente nos depositamos en una silla alta y acojinada para que él inicie con el ritual, pero ¿acaso hemos reparado en el hecho de que esta persona manipula y trabaja con tijeras y navajas sobre nuestra cabeza y cuello? Este hecho por si solo ya pone de manifiesto una confianza literalmente ciega.

Ya establecida la relación y por ende la confianza ciega, sucede que ahora nuestro peluquero se convierte también en asesor de moda y estilo, nuestra imagen la depositamos en una persona que nos recomienda este o aquel corte según la forma de nuestro rostro y las tendencias actuales. Pero la iluminación llega en alguna de las visitas en donde ellos y nosotros sabemos que ese será nuestro corte, en el futuro habrá ligeras variaciones, pero atrás han quedado los cambios radicales.

Para finalizar, podemos hablar de relación y confianza ciega si nuestro peluquero no se convierte en nuestro confidente y también en nuestra fuente de información de los acontecimientos más recientes del barrio y sus habitantes.

Si hemos avanzado en nuestra relación hasta este punto, hemos conseguido un peluquero de confianza y un corte que nos acompañará por mucho tiempo y que solo ellos y nosotros lo entendemos y sabemos explicar.

En Peluquería y letras, el autor nos invita a crea una confianza ciega a través de una historia en donde la posibilidad de que sea una historia real o ficticia queda en manos de los lectores, ya que apegado a su estilo de escritura lleno de humor y referencias personales el autor advierte desde la primera línea que lo narrado en este libro puede no ser real.

Se trata de una lectura fácil, ágil y fluida en donde los momentos de risotadas por parte del lector no faltaran, lo cual es ya una marca registrada por el autor, ya que su propuesta literaria juega entre la sencillez, la observación inteligente y su gran habilidad para ocultar historias dentro de la historia. Villalobos se destaca por descubrir lo extraño en lo cotidiano, atrapando al lector que desde el inicio va recolectando indicios de algo que no se sabe cómo terminará o peor aún si terminara.

Con este libro el autor nos hace una invitación a confiar ciegamente en su propuesta literatura que tiene como referentes de su obra las novelas: Fiesta en la madriguera y No voy a pedirle a nadie que me crea, la cual fue reconocida con el Premio Herralde de Novela en 2016.

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