Hustlers y lo femenino al control

En la película Hustlers (2019), de Lorene Scafaria, las mujeres toman el control, así de sencillo. El soundtrack desde las primeras escenas marca esto, así que vemos personajes que resultan incómodos, ya que ese trata de féminas que utilizan sus cuerpos para hacerse de la situación que les rodea.

Lo que plantea las película es un caso basado en la realidad. Un grupo de bailarinas exóticas ven una oportunidad para obtener dinero al estafar a hombres, al explotar su lujuria, lo que coloca al hombre en posiciones de víctima.

Las protagonistas de esta historia son Destiny (Constance Wu) y Ramona (Jennifer Lopez), quienes inician con todo el glamour de los clubes nocturnos en Nueva York, que era frecuentados por asociados de Wall Street.

Todo el lujo se termina con la crisis financiera del 2008, las risas se acabaron y había que volver a la realidad, toda esa ilusión de la burbuja financiera se rompe y vemos a estas mujeres teniendo que traspasar límites.

El cambio resulta interesante, ya que en muchas películas del tipo se ve desde los causante y no el que sufre el lado negativo de una mala economía. Este impasse presenta una oportunidad, que Ramona aprovecha para atacar a los hombres y robarles.

Poco a poco, vemos como la situación de las protagonistas otra vez comienza a ir bien. Aquí lo interesante es descubrir cómo es que se justifican, al comprarse el mito de Robin Hood y vengarse, ya que fueron los de la banca quienes provocaron la crisis.

La vida comienza a ir bien de nuevo, pero siempre se nos recuerda que finalmente cometen un crimen. Tan bien va, que se convierten en una pequeña organización de «emprendedoras. Una mafia. La culpa y el arrepentimiento viene de la Constance del presente, quien es la que relata todo lo sucedido, aquí la directora encontró un buen formato para contar la historia, sin tantas complicaciones, sólo un relato de lo que sucedió.

La visión de Constance es la que nos lleva por toda la película, que pasa de ser un personaje más inocente a tomar fuerza y revelarse a sus propias amigas, todo por la familia, una buena evolución y lógica, no hay finales épicos. Sólo una historia más.

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Por momentos, la película recuerda al Lobo de Wall Street no en lo fílmico, sí están mu lejos, pero en cuanto a la temática, incluso cómo este tipo de historias toman otras perspectivas al ser mujeres. Si bien existe el desenfreno, también está la familia y una camaradería más difícil de quebrantar, aunque el llamado de la sangre es más fuerte.

Una película que muestra, tal vez a propósito o no, que ciertas visiones y cuestiones que en la sociedad se han colocado pueden utilizarse para un beneficio. Aquí las mujeres utilizan el cuerpo como un medio para estafar el deseo de los hombres, sin detenerse a pensar en lo simbólico de esto. Y al mostrar al hombre como víctima e incluso ahí tiene su apartado y golpe de realidad para el espectador masculino, ya que a aquellos que denuncian no les creen o son minimizados.

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