Daño «Colateral» Deja Marcas Más Profundas En La Sociedad: Adela Goldbard (Entrevista)
[dropcap size=small]A[/dropcap]nte la violencia que se vive en México se quedan rastros, cicatrices que nunca sanaran, los “daños colaterales” de la lucha contra el narcotráfico es el tema central de las fotografías de Adela Goldbard, quien presenta su exposición “Colateral. Una exploración en torno al peligro y al control”.
Mediante las técnicas escultóricas artesanales y de la puesta en escena cinematográfica, Goldbard reflexiona acerca de la fragilidad y el dominio a partir de la catástrofe, en su muestra que permanece en la Galería Enrique Guerrero y que pude ser visitada hasta marzo del 2014.
Las fotografías de gran formato dan testimonio de algunos eventos que recrean la historia reciente de México en los que la sospecha, la lucha de poder y los daños colaterales convergen, hechos como los “avionazos” de los secretarios de Gobernación, Francisco Blake Mora (1966-2011); y Juan Camilo Mouriño (1971-2008).
Para conocer a detalle el pensamiento de Adela Goldbard en torno a estos acontecimientos se le realizó una entrevista.
-Colateral se entiende cómo algo alterno y a lo que no se le presta mucha atención ¿Pero cómo lo entiendes y por qué elegiste ese título?
AG: Yo al título le pondría un signo de interrogación al final, para cuestionar un poco si esto que se le llama “daño colateral”, es realmente colateral o algo que más se resiente como población. Que más persevera en la memoria. Ya que estas bajas colaterales se minimizan, a consecuencia del discurso oficial.
-Maneja también los conceptos de miedo y control ¿A qué hacen referencia?
AG: Los tomo para hacer énfasis en como a partir de estas sensaciones, que han creado, esta especie de trinidad que son los medios de comunicación, el narco y el gobierno; de alguna forma todos coludidos crearon esta sensación de peligro constante, que es de alguna forma un medio de control.
-¿A qué hacen referencia las fotos de los aviones de cartón?
AG: Parten de la realidad que representan los accidentes de funcionarios del gobierno, de los últimos años del país, son parte de una serie. Aunque hay otros accidentes en menor escala, pero con menos difusión, pero que hacen referencia a la fragilidad y de estar todo momento en sospecha, ya que nunca se dan a conocer los resultados de las investigaciones.
-¿Se podría decir que estamos en un estado de paranoia?
AG: No lo había pensado… pero podría acabar en eso. Es un estado de alerta constante, acerca de situaciones de las que no tendríamos que estar preocupados nosotros. Parece que nos crean esa sensación que viene, en parte, por los medios.
-¿De qué manera conformaste la exposición?
AG: Para esta muestra realicé una investigación hemerográfica, de hecho ésta es parte de la exposición en tres libros que recopilan hechos violentos e imágenes que han aparecido en los medios y cuáles fueron los que decidí retratar.
-¿Cómo percibe la violencia en el país?
AG: Lo que más me llama la atención en otras partes del país, sobre todo el norte, es la sensación de la gente, de estar todo tiempo en zozobra, no saber qué está pasando y qué puede pasar. Siento que es lo que más se reciente. (…) Lo más preocupante es que hay personas que aún no saben que ha sido de su familia, si están muertos o vivos y son cicatrices que se van a quedar ahí.
-¿Qué otras referencias podemos encontrar en tu trabajo?
AG: Las que me interesan son la Quema de Judas, de crear una figuras alegóricas y efímeras, que se queman como una forma de acabar con el mal, de una purga, un exorcismo.
-¿Qué pasará con México y la violencia?
AG: Pues parece que se debe estar muy optimista, pues el PRI regresó; pero no creo que tenga mucha salida. En ese tema soy muy pesimista, aunque espero haya alguna forma de salir.
Video que es parte de la exposición