2501 migrantes, exposición que da voz a los muertos en la frontera

La exposición 2501 Migrantes es un homenaje doble, ya que por un lado, es una muestra póstuma del escultor Alejandro Santiago fallecido en 2013;  por el otro, tenemos un reconocimiento, una mirada a la situación de las millones de personas que deben abandonar la tierra en que nacieron por  la violencia que los amenaza y sacrifica, por la falta de oportunidades que nuestras sociedades, injustas y crueles, les imponen.

En la serie se reconoce el valor de aquellos que animados por el legí­timo deseo de procurar una mejor vida para sus hijos se echan a andar por los caminos del mundo.

Las esculturas, que se exhiben en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, son el resultado de los viajes que emprendía Alejandro Santiago rumbo a la frontera norte de México, estos con la finalidad de mimetizarse con la gente que migra en búsqueda de trabajo y nuevas oportunidades y entender la experiencia de dejar toda una vida detrás.

Durante sus incursiones, el escultor observó las dos mil 500 cruces emplazadas en el desierto mexicano con las que se rinde homenaje a quienes han fallecido en su intento por cruzar hacia Estados Unidos. A partir de esa vivencia, realizó un conjunto de dos mil 501 esculturas de barro que conforman el espectro de los que ya no están, al tiempo que evocan el deseo de sus seres queridos por tenerlos presentes.

El hijo del escultor, Lucio Santiago, ha dicho de la exposición que su padre quiso pintar la cotidianidad y tradiciones del pueblo, pero se encontró con un pueblo fantasma; habitado por menos de 100 familias, cuando en cierto momento lo habitaron unas 2 mil 500 familias.

Todas las imágenes son © Conaculta

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