Ciler sentencia que el «autor ha muerto»

La práctica de Ciler implica la desfiguración y la manipulación de imágenes existentes con una oscura intención arqueológica, con el fin de desenterrar un sustrato emocional. A través del collage, el dibujo, la pintura e instalaciones, retuerce las imágenes halladas para posicionarlas como glosas viscerales sobre la muerte, la violencia, la belleza y el entorno construido.

En su más reciente exposición, El autor ha muerto, que se presentará en la Maia Contemporary Gallery, se apropia de obras clásicas a través de Internet, ese entramado de unos y ceros que además de descontextualizar las imágenes es propenso a corromperlas con errores o fallos (glitches).

Ciler usurpa imágenes abiertas al público para regresarlas a su estado físico, imprimiéndolas e interviniéndolas, deconstruyéndolas y volviéndolas a pintar, dando como resultado una pieza a la espera de ser reapropiada por alguien más.

«Una obra está formada por escrituras múltiples, decía Roland Barthes, procedentes de varias culturas y que, unas con otras, establecen un diálogo, una parodia, un cuestionamiento, pero existe un lugar en el que se recoge toda esa multiplicidad, y ese lugar no es el autor, como hasta hoy se ha dicho, sino el espectador, que finalmente es quien termina de darle sentido a las obras ahora «fuera y «ajenas a su autor», se describe en la ficha de la exposición.

Todas las imágenes son © Alexis Mata

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