Revelaciones igneas de Enrique Minjares Padilla

Somos seres que llevan su propio incendio interno, un fuego que se contiene para no explotar y llevarse a los más cercanos, una llamarada que calcina, pero transforma como nos muestran las piezas de Enrique Minjares Padilla, cuya exposición Inflamable se encuentra en la galería Latinou.
Tras el primer ardor al contacto con sus pinturas, se puede observar que no hay sufrimiento, sólo son los cuerpos consumidos y sobrepasados por el fuego, un momento de metamórfosis a algo nuevo, pero que sí presenta cierta violencia, propia del descontrol que llevan las llamas en sí. En tanto el agua lleva a un cambio más tranquilo, habitualmente, el fuego de Enrique es una sacudida al espectador, un estoque visual.
Su obra nos muestra el caos y lo oculto, aquello que no se desea ver, pero habita en cada uno de nosotros, eso que contenemos, pero a las mínima provocación se enciende y de no tener cuidado nos convertirá o revelará lo que siempre fuimos. Ser la fuente de la luz, el origen del incendio.
Los dibujos de Minjares, por su parte, nos muestran la enfermedad y violencia de manera muy clara, esos bosquejos en recetas médicas que es otro de los momentos en los que somos capaces de entregarnos a lo «bajo», a lo que se ignora. Pero por más que lo ocultemos es ese extremo el que también nos revela.