Nuestra unión con el otro bellamente representada en «En un mismo barco»

La vida es un viaje que nos han dicho se navega en soledad, aunque es posible evitar este adagio y hacerlo acompañado, esto siempre y cuando estemos dispuestos a comunicarnos con el «otro», una variante que muestra Monique Zepeda en el libro En un mismo barco (Fondo de Cultura Económica-2016).

En pocas páginas, Zepeda nos presenta un territorio poblado por seres de lo más variopinto, que son aquellos con los que realizamos nuestro incursión personal para descubrirnos, con los que más allá de las diferencias siempre conectaremos si recordamos un lenguaje único: la risa.

¿Pero cómo acceder a ese conocimiento? Quienes resultan mejor capacitados para conectar mediante la risa, sin duda, son los niños debido a su conexión más cercana al juego, un territorio en el que podemos convertirnos en cualquiera, desde un aventurero hasta en la persona que tenemos en frente, un ejercicio de empatía que parece perdemos con la edad.

De una manera muy sencilla, la escritora nos muestra la belleza y riqueza que existe en aprender a notar las diferencias, pero nos dice que el camino es sólo si aceptamos las cosas buenas y malas que trae consigo, nos recuerda que la vida es un riesgo. Antes de cruzar el puente para llegar al otro, existe una recomendación de Zepeda y se trata de encontrarnos en la soledad, un momento de diálogo personal para formar ideas propias y concepciones del mundo, aunque siempre cuestionándonos; si no se tiene cuidado se puede volver peligroso, ya que estos pensamientos se pueden convertir en jaulas que no permitan ver otros puntos de vista.

Lo que se nos propone es una forma de vivir, una en la que siempre busquemos las cualidades y diferencias que hacen a una persona grandiosa, aprender a ver colores ajenos a los nuestros, algo que nos llevará a descubrir el amor, de encontrar un amigo y llegar juntos a nuestro destino; una advertencia, un llamado a ser precavidos y no decaer, pues no siempre encontraremos esto, no con todos es posible congeniar, pero sí crear un lazo que nos une como personas.

El título En el mismo barco es un recordatorio de que estamos juntos en la Tierra, de que nunca estaremos solos, una frase que puede sonar compleja para los niños pero deja una semilla para comprender la complejidad del mundo, para que en un futuro resuene la unidad que existe entre todo lo que nos rodea.

Todas las imágenes son © Monique Zepeda

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