Kurimanzutto celebran el diseño de las «Sillas de México»

Todo a nuestro alrededor es un elemento capaz de contar historias, de mostrarnos una manera de apreciar el mundo, esto es lo que vuelve relevante la muestra Sillas de México, de Oscar Hagerman (La Coruña, 1936), en la que se resalta la importancia de sus aportaciones teóricas, prácticas y estéticas para la creación de diseños apegados a la vida común.

La exposición, que se presenta en Kurimanzutto,  se se compone de una selección de cinco diseños con ocho variantes de sillas creadas a lo largo de su carrera. Cada una representa las reflexiones creativas del Oscar combinadas a su cercanía con artesanos de distintas regiones del país. El resultado es una exposición que condensa sus aprendizajes en la forma simple de la silla, la figura que considera la más humilde de la arquitectura.

Igualmente señala la amplia labor social de Hagerman en las comunidades rurales de México y el aprendizaje mutuo que se ha entablado gracias a una cooperación estrecha con los grupos con los que trabaja.

La ergonomía que se empleó en estos diseños corresponde a estudios de más de 50 años y es uno de los temas de las clases que imparte en diferentes universidades de México. Hagerman también continúa con su trabajo en talleres de artesanos de varias regiones rurales del país. Con ellos ha aprendido las técnicas de construcción locales que responden a necesidades climáticas y culturales de cada población. Participa activamente con las comunidades para conservar los conocimientos ancestrales al transmitirlos a la juventud y así mantener y mejorar la sabiduría de los pueblos para reforzar su autodeterminación.

Con más de 50 años trabajando en comunidades de todo el país. El arquitecto y diseñador con ascendencia sueca y gallega, llegó a México cuando tenía 15 años. Se recibió como arquitecto de la Facultad de Arquitectura en la UNAM, en 1961. Al salir de la universidad fue a trabajar a la cooperativa Emiliano Zapata en Ciudad Nezahualcóyotl, ahí creo la Silla Arrullo, 1969, que recibió un premio del Instituto Mexicano de Comercio Exterior en 1974.

Todas las imágenes son © Kurimanzutto

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