Movimientos Del Tiempo Retratados Por Paulina Jaimes
La pintura como un reflejo de nosotros mismos de una realidad que, aparentemente, cambia pero tiende a ser la misma, la pintura como un portal que nos habla del tiempo y su magia que impacta a todas las personas, por lo tanto al universo, con ese misticismo atrapa el trabajo de la pintora Paulina Jaimes, quien participa en la exposición Sombras, en la Galería Eje.
Un trabajo lleno de sabores y texturas se podría definir Diseminación familiar, en el que Jaimes nos habla de las etapas de la vida, es por ello que utiliza el agua como un elemento de cambio y permanencia; turbio y con tendencia a la abstracción, ya que deja al espectador llevar su propia experiencia.
Para hablar del tiempo retrató a algunas de sus familiares, abuela, madre y hermana, con la finalidad de que en su obra se note el constante movimiento del universo, ya que por más que uno intente escapar de esas raíces inevitablemente tiende a convertirse en los seres del «pasado»:
Las cosas y personas están en constante movimiento, pero siguen siendo lo mismo; continuamos repitiendo patrones por más que lo neguemos, así que la serie se vuelve un reflejo de mí persona.
Esta serie es muy personal para Paulina, ya que son sus propias raíces las que retrata, además de que para ella el tema en particular se une a la forma en que concibe la pintura, pues esos ciclos, movimientos y tonos son parte de la inercia, en el que uno vuelve a ser parte del todo, así que el agua es el medio que nos habla del principio y fin, ya que regresamos al elemento y de ahí partimos en el inicio, esto por la relación amniótica con la placenta.
Pero todos estos conceptos que viven dentro de la pintora son parte de la fuerza interna, que se conjuntan con las emociones, de esta manera nos entrega un bosquejo de lo que es su proceso creativo. Paulina comenta que hoy en día sólo se deja conducir por el instinto, por las fuerzas dionisiácas con lo que logra llegar a un equilibrio místico sólo abierto para los creadores artísticos, aunque ella aún no se considera como tal, pues aún le hacen falta pasos para llegar a ese grado.
Respecto a su forma de trabajar, comenta que es muy íntimo, pues así es el autorretrato en el que los modelos le regalan parte de su personalidad y se convierten en un reflejo, ya que le ayudan a descubrir facetas inimaginables en esa comunicación que se crea entre creador y «musa».
A manera de breve semblanza podemos comentar que ha participado en una gran número de exposiciones colectivas, pero está es la primera vez que presenta más de su obra, por lo que es una gran oportunidad y paso para su trayectoria. Paulina Jaimes tiene la Licenciatura en Artes Plásticas y Visuales Escuela Nacional de Pintura Escultura y Grabado “La Esmeralda”.
En un diálogo más personal nos comentó, con cierta dificultad, qué habría sido su vida de no haber sido pintora, algo muy complicado de imaginar, ya que sus padres también son pintoras y siempre ha estado rodeada del color. Ante este descanso en el lugar común, para el entrevistador, dijo que tal vez se vería como socióloga, dado que las lecturas que prefiere son los ensayos, debido al hecho de que otro tipo de textos le aburren.
Pero asegura haber encontrado en los ensayos una forma para intentar comprender la posmodernidad, además de sus emociones, gracias a como lo hacen las masas. Si bien se ve «infectada» por las ideas no es algo que se plantee al momento de pintar, pues asegura que el resultado carecería de emoción, además de ser muy tendencioso. «Sí existen rasgos de esos conceptos», pero dijo que es hasta el resultado final que se descubre.
En esa idea de descubrir, aprender y crecer como persona, para ella el trabajar con acuarelas es algo nuevo, ya que las texturas y el «cocinar» para pintar con óleos había sido su principal forma de expresarse, pero fue una grata sorpresa el descubrir ese territorio antes inhóspito para ella.
El descubrimiento de sus habilidades con acuarelas estuvo ligado al hecho de esos cambios que vemos en su obra, ya que fue por la experiencia de tener que dar clases, espacio donde tuvo que dejar de lado su ego y experimentar con los chicos, por lo que asegura se alimenta de sus alumnos y comienza a crear en comunión.
Desarrollar trabajos en equipo es algo que también llevó a cabo en esta serie de Sombras, pues en compañía con ocho pintores más crean esta particular colección que tiene como hilo comunicante el misticismo con el que viven diariamente los creadores, por lo que espera se integren más personas a este grupo.
Para finalizar nos quedamos con esta hermosa descripción que nos da de la pintura, que Paulina entiende como una búsqueda de la realidad misma, pues es la forma de plasmar el mundo interior de cada persona, así que es redescubrirse y encontrar plasmada la pasión que tiene cada humano.
Nota al pie. Hay un hecho que fue imposible describir con palabras, pues si llegan a tocar alguno de estos cuadros habrá una sensación mágica que sentirán, más allá de las texturas, una explosión que surge al vincularse con la pintura. Aunque si lo hacen podrían regañarlos… o no.
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