El Niño y el Mundo

Entre genuinos paisajes inundados por colores y figuras que parecen sacadas de los sueños, El niño y el mundo («O Menino e o Mundo») la película del director brasileño Alê Abreu se postula como una de las animaciones más entrañables del año. Y como parte de la 58 de la Muestra Internacional de Cine.

El niño y el mundo

La premisa de la película es sencilla un pequeño niño sufre por la ausencia de su padre, quien ha dejado a la familia para irse a trabajar a algún lugar distante, por lo que el niño, sale de su aldea natal para descubrir un mundo fantástico, dominado por animales-máquina, seres extraños y humanos peculiares. Desde la mirada del niño nos vamos enfrentando a realidades cada vez más evidentes, cotidianas y quizás por ello, invisibles por lo obvio y grave que resultan, es decir un mundo cada vez menos habitable y agobiante para todos los seres vivos pero no por ello menos fascinante. 

El niño y el mundoEl espacio fantástico donde se desarrolla la historia es un Brasil festivo, lleno de algarabía y gozo pero con ciudades conglomeradas en pequeños sitios y rodeadas por rebosantes ambientes naturales, elementos primordiales que se dibujan con trazos lucidos, alegres y pintorescos que ocultan detrás y en contraste, una profunda tristeza, la añoranza por un padre ausente, una madre desprendida y una ciudad que crece a un ritmo trepidante a costa de los recursos naturales del campo y un castigado capital humano.

El juego de recursos realizada con diferentes técnicas audiovisuales, que van del collage a los gráficos computarizados, retrata los problemas del mundo moderno. A la suma de recursos técnicos bien logrados se suma el recorrido musical que va revelando el sentido más intimo de las sensaciones del niño, personaje principal que va descubriendo un mundo contrastante, la música se revela como un ancla para darle coherencia muchas veces al bombardeo de imágenes aparentemente inconexas.

El niño y el mundoLa película se suma a las animaciones con un discurso a favor de la naturaleza, de las cuales tenemos grandes producciones de los estudios Ghibli con Miyazaki a la cabeza por lo que no será coincidencia que la película te remonte a los paisajes de este director japones. El niño y el mundo tiene un tono más nostálgico, de añoranza e introspección.

La repuesta del niño ante la incertidumbre de su futuro sin su padre da inicio a un viaje de ensueños, peligros y contrates obscuros. La ausencia de diálogos te ayuda a ponerle tu propia voz al personaje, a prestarle tus palabras e ir nombrando junto con él el mundo que le rodea, lo que a mi parecer resulta revelador pues se abordan sin prejuicios problemas muy complejos como el desempleo, la vida en la ciudad, el trasporte, la basura, la explotación laboral, la vida en las fábricas, la milicia y la ecología como parte del telón de fondo para el viaje iniciático de un niño que descubre el mundo con miedo y asombro genuino.

El niño y el mundo

Título original: «O Menino e o Mundo».

Director: Alê Abreu. 

País: Brasil Año: 2013. 

Guión: Alê Abreu.

Fotografía: Débora Fernandes, Débora Slikta, Luiz Henrique Rodrigues, Marcus Vinicius Vasconcelos.

Música: Gustavo Kurlat, Ruben Feffer. 

Productor: Vanessa Remonti, Janaina Dalri.

Duración: 80 mins.

Todas las imágenes son © O menino e o mundo

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